Se examina las tendencias de casos positivos covid-19 desde el reporte del 19 de abril al 26 de mayo, para mostrar las tendencias diferenciadas Perú, Lima versus Loreto y Ucayali, para luego visibilizar la propagación en los territorios indígenas y las medidas de política pública recientes, aunque tardías e incompletas, para concluir convocando a su urgente implementación con la participación de las organizaciones indígenas rompiendo con el sesgo colonial en las relaciones Estado-Pueblos Indígenas.
argumentación

1-Lejos de la fase tipo "meseta" en el Perú y galopante contagio en Loreto y Ucayali

Hace algo más de una semana, el Presidente de la República y el Ministro de Salud siguieron sosteniendo en las teleconferencias, que estaríamos en una fase de crecimiento del contagio covid-19 donde la variación se daría alrededor de un rango casi estable tipo “meseta”; figura que invocaría la aceptación social de las recientes medidas políticas nacionales de ampliación de la reactivación económica.  

Para examinar la validez de la caracterización de fase “meseta”, no parece apropiado utilizar el indicador de crecimiento acumulado de casos positivos confirmados, porque va a seguir aumentando probablemente por muchos meses, al ritmo del crecimiento de la aplicación de pruebas y hasta que haya una vacunación masiva. Tampoco tenemos información actualizada de las tendencias – nacional y regionales – de contagio utilizando el factor R de reproducción del contagio (publicada con data del 3 de mayo). Por lo que he optado por utilizar el indicador de crecimiento de casos nuevos diarios, acotado al período del 19 de abril al 26 de mayo (última fecha de emisión de la data del 25 mayo). Ver el siguiente gráfico que presenta las tendencias de Perú y del departamento de Lima.

tendencias peru-lima elaboración propia

Los que vivimos en Lima, con nuestra escasa empatía con lo rural e indígena, somos más proclives a asumir que la tendencia nacional es la tendencia de contagios de Lima. La estadística parece confirmarlo, porque la tendencia de Lima pesa (60 a 65%) en el total nacional. Hasta la publicación del día 25, podíamos creer desde Lima, que podríamos estar en la susodicha “meseta”; pero la noticia del día 26 (verificada con data del día 27) rompió con esa ilusión. El día 25, casos covid-19 confirmados saltó bruscamente al rango de 5,000 casos a nivel nacional, llegando al pico más alto en el registro oficial: 5,786 casos nuevos en un día. La data reciente al 27 mayo es de 6,140. Tendencia nacional que asemeja la trayectoria fluctuante del contagio en el departamento de Lima, que saltó con menor velocidad superando el rango de 3,000 casos, llegando también a su pico más alto: 3,396 casos nuevos en un día. La data reciente publicada el 27 de mayo es de 3,816. Precisamente, en los dos primeros días de implementación de las nuevas medidas.

Pero, si bien Lima parece ser el Perú, las tendencias de contagio son diferenciadas considerando por ejemplo variables de territorialidad tales como costa, sierra y selva, así como el de ciudades intermedias, zona urbana y zona rural; además del efecto de proporcionalidad de pruebas aplicadas. Y, definitivamente las tendencias de contagio covid-19 en los departamentos de Loreto y Ucayali no son para nada parecidas a las de Lima o del Perú. Como podemos apreciar, existe una alta variabilidad de las fluctuaciones en los últimos 10 días: en el caso de Loreto, luego de llegar al pico más alto de 252 casos por día, bajó para luego retomar la tendencia creciente que parece anunciar otro pico alto (196 casos al 26 mayo); mientras en Ucayali, el más alto pico de 323 casos fue posterior, pero con trayectoria semejante (279 casos al 26 mayo).

tendencias loreto-ucayali. elaboración propia

En ambos departamentos, los casos confirmados están más concentrados en las capitales regionales y las zonas urbanas ribereñas; y, probablemente siga esa concentración porque allí se concentra la población del respectivo departamento y se concentra la aplicación de pruebas rápidas y moleculares.

Y, así como la tendencia de contagio nacional visibiliza la tendencia de contagio de Lima porque se asemeja a ella (por su mayor peso poblacional y mayor peso de pruebas aplicadas) y oculta las tendencias diferenciadas de otras realidades, como las trayectorias de Loreto y Ucayali; también, las trayectorias departamentales de Loreto y Ucayali ocultan la tendencia de contagio de casos confirmados de la población indígena de sus respectivas Comunidades Nativas y centros poblados ubicados en localidades indígenas.

En todas las estadísticas estamos tratando de casos positivos confirmados mediante pruebas aplicadas, no incluyen los casos covid-19 sospechosos. Al respecto ver: https://caminando.lamula.pe/2020/05/18/las-interpretaciones-equivocadas-de-las-estadisticas-oficiales-del-covid-19-a-modo-de-autocritica-y-la-tragedia-en-la-amazonia/marleamanecer/

2-Lo que no es estadística oficial no cuenta para las políticas, el contagio de covid-19 de la Amazonía Indígena aún no es estadística oficial

El 19 de abril, en Servindi, Ermeto Tuesta, experto awajún del IBC, hacia una oportuna aclaración: “Las autoridades fallan cuando afirman que atenderán a 300 mil indígenas amazónicos. Lo real es que la población indígena amazónica es de alrededor de 480 mil indígenas, asentada en 2435 centros poblados indígenas y 96,277 familias”.

Es decir, el 2% de la población total del país. Una minoría potente que habita en comunidades nativas a lo largo de los ríos amazónicos y que son responsables de la conservación del bosque Amazónico. Sin los pueblos indígenas amazónicos el Perú no podría ser tal. Ver Mapa-IBC adjunto, el círculo destaca el norte de la cuenca amazónica.

ubicación comunidades-ibc

Minoría con derechos colectivos especiales. Ser minoría, no debería implicar olvido ni abandono de medidas públicas y multisectoriales de prevención, control y atención en los territorios rurales indígenas, porque ahí la probabilidad es mayor y más rápida de transitar del contagio a la muerte, a consecuencia de la ausencia o extrema precariedad de servicios de salud de atención primaria, la escasa accesibilidad a los hospitales regionales de atención covid-19, además de la ausencia de agua potable y los problemas de salud pre-existentes incluidos la afectación por contaminación ambiental en zonas petroleras, de minería ilegal mayormente y de narcotráfico.

Ese tránsito puede significar a mediano plazo, transitar a la pérdida de nuestros pueblos indígenas (siguiendo el camino histórico del etnocidio en tiempos de la República). Siempre es bueno repetir que desde 1995 el Estado peruano está obligado a garantizar sus derechos colectivos como pueblos indígenas (no sólo como ciudadanos), a quienes conservaron y conservan la Amazonía protegiendo la vida incluida la nuestra de los no indígenas. Eso, aún en el Estado no se entiende ni se garantiza, por abundancia de modernas anteojeras coloniales y neoliberales, que aún en plena pandemia son sensibles a los gritos lobbystas del peligro del populismo

En el caso de los pueblos indígenas amazónicos no existe aún estadísticas nacionales y regionales de contagio covid-19 indígena amazónico, a fines de mayo. Aún no hay directiva específica que obligue a identificar la pertenencia indígena en los registros oficiales de las unidades base de las respectivas Direcciones Regionales de Salud en todo el país. A pesar que desde el mes de abril, las organizaciones indígenas han venido insistiendo en la necesidad de registrar la variable étnica para hacer el respectivo monitoreo a fin de que se adopten medidas oportunas que respondan a la urgencia ante el inicio de propagación del contagio en capitales ribereñas de provincias de perfil social indígena.

En esta última quincena del mes de mayo, el periodismo aliado de los pueblos amazónicos viene estimando la magnitud del contagio en territorios específicos indígenas. En algunos casos con aparente especulación estiman más de 1 mil de contagios indígenas al interior de Loreto, otros 114 contagios. Es necesario explicitar que las estimaciones son de contagios sospechosos indígenas de covid-19; es decir no confirmados mediante prueba aplicada. En el mes de mayo, especialmente en esta segunda quincena, se han entregado pruebas rápidas a las principales Micro-Red de Salud de Loreto y de Ucayali. Con lo cual tendremos la inclusión significativa de los casos confirmados de contagio covid-19 indígenas desde inicios de junio, y se podrá hacer monitoreo si acaso se explicita la variable étnica.

La excepción es la DIRESA de Ucayali que ha venido registrando la variable étnica desde su reporte publicado el 25 de abril, donde registraban 7 casos positivos de shipibo-konibo (1 mujer) de un total de 322 casos confirmados; que aumentó a 55 indígenas, de los cuales 54 shipibo-konibo y 1 yine-yima (27 mujeres) en su reporte del 26 de mayo de un total de 3,238 casos.

La DIRESA de Loreto no incluye la variable étnica, no está obligado, pero no tuvo iniciativa propia; pero, cuando la organización indígena exige, colabora y se apoya en aliados oficiales, logra estimaciones de contagios sospechosos, tales como el que anunció ORPIO, para el 22 de mayo, un total de 218 indígenas contagiados sospechosos. Ver reporte adjunto.

casos  contagio-orpio-diresa

Es aún tiempo de la directiva para levantar esta estadística para guiar la implementación de medidas, ahora que empezará la aplicación de pruebas rápidas en las micro-redes de salud de provincias de perfil indígena, a donde llegarán seguramente los casos con afectación sintomática de covid-19 y se harán visitas a sus comunidades de procedencia.  

3-Ahora una medida estatal tardía o de segunda clase o sin participación de los pueblos indígenas amazónicos constituirá un factor directo de alto riesgo covid-19

El 01 de abril, AIDESEP demandaba un Plan de Emergencia Covid-19 para la Amazonía Indígena, entre el 02 y el 18 de abril, no sólo abundaron las propuestas de las organizaciones indígenas amazónicas de cuenca y de personalidades e instituciones aliadas, sino también los oficios de la Defensoría del Pueblo dirigidos a los gobiernos regionales de Loreto y Ucayali, así como a las altas autoridades para que el Ministerio de Salud, en coordinación con el Ministerio de Cultura, gobiernos regionales y organizaciones indígenas, elaboren e implementen un plan nacional de prevención y atención intercultural del COVID-19, que aborde “el acceso, la disponibilidad y la calidad del derecho a la salud, así como el control y vigilancia de los principales accesos a las comunidades indígenas”, entre otros. Ver artículo de mi autoría en: https://www.servindi.org/20/04/2020/urge-una-politica-intercultural-para-la-emergencia-covid-19?fbclid=IwAR3Y5ZH15BP3xjh-qerctQj2Rh5ajSFR_AaGHlC0h_w_ZbuQTHvnEkHO3As

En pleno pico de contagio covid-19 en Loreto y Ucayali (ver gráfico anterior), el 30 abril recién tímidamente se incorpora, en los alcances del Decreto Legislativo 1472, la población indígena u originaria en situación de vulnerabilidad como parte de los beneficiarios de la entrega de alimentos que proporcionaría Qali Warma, en coordinación con las Municipalidades Distritales, Ministerios, el Instituto Nacional de Defensa Civil-INDECI, con la participación de las Fuerzas Armadas; y, verificando que las acciones para implementar cumplan con las medidas y protocolos sanitarios MINSA para minimizar el riesgo de contagio de covid 19. Pero, hasta la fecha no se implementa. La razón: en el programa de Cuarto Poder, la actual Viceministra de Interculturalidad informó que aún no se contaba con la lista de comunidades beneficiarias; lista que requiere el ministerio de cultura para solicitar la entrega de apoyo alimentario. Negligencia indolente.

El 4 de mayo, la ministra de cultura informaba que se estaba elaborando la estrategia de acciones a implementar para los pueblos indígenas, en la sesión virtual de la Comisión de Pueblos del Congreso. Ver artículo de mi autoría en: https://www.facebook.com/124077133555/posts/10158350835748556/

Mientras que la máxima autoridad regional de Loreto desaparecía de la escena pública, el Gobierno Regional de Ucayali para el 7 de mayo, aprobaba el Plan de Abordaje a la Pandemia del COVID-19, mediante Resolución Ejecutiva Regional 172-2020-GRU-GR.

Recién el 10 de mayo, se publicó el Decreto Legislativo 1489 que establece los lineamientos estratégicos para la protección de los pueblos indígenas u originarios en el marco de la emergencia declarada por el Covid-19. DL que establece además que el Ministerio de Cultura emite medidas complementarias para la aplicación del DL, mediante Decreto Supremo, en un plazo de 10 días calendario. Al respecto, hasta el 27 de mayo ninguna norma legal publicada. En un contexto de repunte de mayor creciente de confirmados covid-19 en ambas regiones y de propagación del contagio en sus distritos indígenas.

Entre sus principales alcances está el Artículo 4.2 que establece textualmente: “En el marco de los servicios y acciones que desarrollen las entidades del Estado, se garantizan la participación y los mecanismos de coordinación y articulación con organizaciones representativas de los pueblos indígenas u originarios”. El que debió ser aplicada desde la Declaratoria de Emergencia, a nivel de la comisión multisectorial nacional, del comando covid-19 nacional y regionales, así como a nivel local, porque es un derecho colectivo de rango constitucional (Convenio 169-OIT). Así mismo, mediante el Artículo 4.3, en el eje de Información y Alerta Temprana, entre otros, encarga al MINSA y MINCUL, el “desarrollar mecanismos de monitoreo y alerta de la situación sanitaria en las localidades indígenas”. Lo que requiere estadística de contagios indígenas.

Finalmente, el 21 de mayo, el Ministerio de Salud aprobó el “Plan de intervención del Ministerio de Salud para Comunidades Indígenas y Centros Poblados Rurales de la Amazonía frente a la emergencia del COVID-19” (RM-308-2020-MINSA) de cumplimiento obligatorio tanto para entidades públicas como privadas, y los Gobiernos Regionales deberán aprobar un Plan de Reforzamiento de Salud y Contención, con base a los criterios establecidos en dicho Plan. Autoriza casi 62.5 millones de soles para fortalecer actividades de prevención desde la base comunitaria y casi 26 millones para mejorar la capacidad de respuesta rápida sanitaria a nivel de prestadoras de servicios de salud local estratégicas. La vigilancia y participación de las organizaciones indígenas en la implementación de estos planes, aumentará su efectividad y oportunidad, así como reducirá la corrupción que constituye otro importante factor de riesgo en plena pandemia.

Las organizaciones de los pueblos indígenas amazónicos vienen planteando que el monitoreo y los ajustes correctivos necesarios en la implementación de los cinco lineamientos estratégicos (i. respuesta sanitaria, ii. control territorial, iii. abastecimiento de bienes de primera necesidad, iv. información y alerta temprana, y, v. protección de PIACI) y las disposiciones sectoriales dirigidas a la protección de los pueblos indígenas requieren de una instancia multisectorial y con participación de los pueblos de las regiones de la cuenca amazónica. Es tiempo de crearlo y potenciarlo ante los escenarios más complejos y riesgosos que se avecinan, rompiendo con visiones y relaciones coloniales. Nunca más ni ideología ni políticas del “perro del hortelano”.