Se analiza la política pública de gestión del desastre en contextos extremos de lluvias y, especialmente de Fenómenos El Niño muy fuertes/extraordinarios o los denominados Niños Costeros, políticas  que conduce a la repetición del mismo cuando se presenten condiciones similares; gestión desastrosa que se vuelve a repetir después del Niño 2017. Se subraya de la necesidad imperiosa de pasar a una gestión de reducción del riesgo de desastre (gestión prospectiva, ya no sólo reactiva/emergencia, ni sólo correctiva/rehabilitación/reconstrucción), destacando la crónica de las gestiones institucionales/ciudadanas regionales para reducir el riesgo de inundaciones de la zona media y baja de la cuenca del río Piura mediante el control de los caudales peligrosos ahí donde se forma el 60% del caudal del río Piura. Gestiones cuyos perfiles de PIP han sido archivadas, cuya propuesta de gestión integral de la cuenca reduciendo vulnerabilidad no fueron consideradas en el Plan de Reconstrucción de Cambios, y que recientemente se han incorporado. Así mismo se reclama ante la cultura política pública del secretismo, burocratismo indolente que obstruye la vigilancia y control ciudadano. Se los debo pues aprendí y madure como ciudadana durante los 13 años de vida en Piura (la mayoría en Nuevo Cataccaos).
Relato engañoso/peligroso de arriba dura poco como el ciclón yaku; la ausencia de política pública de prevención estructural/social nos condena a los desastres


“Hay que prevenir para no lamentar” reza el dicho popular, especialmente oportuno recordar en aquellos marzos extremadamente lluviosos en las ciudades costeras de Piura, como el de ahora.

En contraste, las máximas autoridades ejecutivas dan mensajes a la nación (la presidenta, el premier cabeza de la PCM, entidad al que está adscrita la Autoridad de Reconstrucción con Cambios-ACCR) o dan entrevistas exautoridades ARCC en espacios mediáticos, echándole la culpa a los fenómenos naturales (ciclón yaku, activación de quebradas, huaycos, inundaciones), por eso no se cansan de lamentarse por lo que llaman engañosamente “desastres naturales”. Denominación que ya fue desterrada en las políticas públicas y la academia centrada en la gestión para la reducción del riesgo de desastre en contextos de cambio climático. Porque el desastre es consecuencia del proceso de construcción social del riesgo que se configura con las acciones humanas (gubernamentales, privadas, ciudadanas) que se hacen o dejan de hacer y que vuelven altamente vulnerables a los territorios/sociedades del ámbito de impacto del fenómeno natural o socio-natural peligroso.

Por otra parte, están muy hiperactivos/as para repetir que la ejecución presupuestal del plan de obras de reconstrucción está en un 90%; es decir, obra destruida/dañada se ha vuelto o estaría por reconstruir; pero, no pueden asegurar que con otro FEN extraordinario no volverá a dañarse. No lo pueden asegurar, porque no se ha intervenido en las causas estructurales que los convierten en fenómenos peligrosos. No han podido ocultar que las obras de prevención estructural denominados soluciones integrales de 19 ríos de la costa, así como 5 quebradas y 7 drenajes pluviales en las principales ciudades de la costa norte ni siquiera han concluido los expedientes técnicos de factibilidad. Por ejemplo, para que no se repitan las inundaciones peligrosas - comprendidas en el plan maestro de la gestión integral de cuencas (desde el origen de los ríos hasta su salida al mar). En 6 años, no se han concluido estos estudios de pre-inversión. Pero, tampoco la autoridad máxima de la Contraloría General de la República califica de responsable y transparente. Recién saca a la luz pública el dato de ejecución presupuestal menor al 10% en prevención integral, así como la presunta responsabilidad de 857 funcionarios en actos de corrupción durante el período de RCC. Información que debería haber sido detectado e informado oportunamente para la correspondiente corrección/sanción. Por otra parte, la proposición y vigilancia ciudadana regional, clave para la democracia y cuidado del bien común, se obstruye con la cultura del secretismo y del centralismo. Ahora, recién informan cuando las “papas queman” y estamos ante los hechos consumados.

En medio de los desastres en curso y los recientes anuncios oficiales del desarrollo del Niño Costero, las altas autoridades y exautoridades del poder ejecutivo trasladan su responsabilidad política administrativa al otro. Del Congreso ni hablar, la gran mayoría de ciudadanos/as conoce que sus agendas de privilegiados y promotores de intereses/negocios privados, están a espaldas del desastre social que viven nuestros/as compatriotas. Ejecutivo y Legislativo tienen la ilusión de que este contexto de desastres les ha resuelto la ingobernabilidad por razones de ilegitimidad social, expresada en las persistentes protestas justas de los pueblos del sur principalmente. No vaya a pasar, que se unan los sectores afectados de la costa norte, sumándose a la indignación por abandono indolente centralista. Ni la caridad ridícula televisada ni las obras ofrecidas para responder a la emergencia, serán ya suficientes, la demanda social pronto puede tornarse en la demanda política de cambio de gobierno/de constitución, el mayor temor de los de arriba.

Hasta el 17 de marzo, los caudales del río Piura crecieron desde el 7 de marzo, cundiendo el temor de las inundaciones y sus consecuencias desastrosas para la vida, la economía y la inseguridad de todo orden. Como los ciudadanos piuranos conocen, la formación de caudales peligrosos, se detectan con la creciente subida del caudal del río a la altura del puente Ñacara (entrada a Chulucanas) que aumenta al llegar en su curso aguas abajo en Tambogrande, que luego de ser represada en Los Ejidos, sigue hasta que se mide su caudal (con frecuencia duplicado) a la altura del puente Sánchez Cerro, en la ciudad de Piura. Si sobrepasa el caudal de 2000 m3 en este último tramo, es de alta probabilidad que se inunde parte de la ciudad de Piura y con mayor probabilidad el Bajo Piura. Por eso, desde el 14 de marzo, el temor fue la nota dramática humana de las y los más vulnerables, los que siempre son los más afectados/as. El nivel del caudal aún no había sobrepasado el límite de la capacidad hidráulica del río en ese tramo. Véase el gráfico que se adjunta.

elaboración propia

Cuenca del río Piura: controlar las avenidas de caudales peligrosos en la parte media-alta reduce las inundaciones en la parte baja, para no repetir el desastre


Desde, el año 2001, después del desastre ocasionado en el contexto del Fenómeno El Niño extremadamente lluvioso y cálido (FEN/ENOS muy fuerte) de 1997-1998, a sólo 15 años de otro similar (1|982-1983), empezaron los estudios sobre la problemática de las inundaciones de la ciudad y de la zona del Bajo Piura. Se identificó que son consecuencia, en buena parte, del desborde de caudales extremos del río Piura, en los territorios que atraviesa/bordea tales como la ciudad de Piura, el valle, las vías de transporte, los centros poblados y anexos de las Comunidades de Cataccaos y de Sechura. Advertían que si no se controlaban los caudales peligrosos seguirían las inundaciones, así se haya implementado mejoras estructuras de protección y defensa de los tramos críticos del río Piura.

La solución técnica de la política de prevención para reducir el riesgo de desastre en la zona media y baja de la cuenca del río Piura, fue convertida en un Perfil de Proyecto de Inversión Pública-PIP titulada “Control de avenidas e inundaciones del río Piura en el tramo Carrasquillo-Chutuque” (es decir, desde zona del alto Piura hasta el Bajo Piura-Sechura) y entregada al entonces gobernador regional el 26 de mayo del año 2006 para la respectiva gestión de su viabilidad ante el MEF, de tal modo que pueda continuar con los estudios siguientes de Pre – Inversión, como son Pre – Factibilidad y Factibilidad (luego de lo cual se ejecutan las obras). Terminó en el archivo. Véase la carátula del documento PIP.

foto digital

Reproducimos la descripción de la “Alternativa A: Reservorios de Retención Temporal o POLDER”, alternativa que se considera en el capítulo de formulación y evaluación del PIP mencionado:

Esta alternativa consiste en la construcción de un reservorio o embalse de protección temporal o de corto plazo en el lugar donde se forma el pico de la crecida, en una zona adyacente al río, que es el tramo comprendido entre Morropón y Chulucanas en el Alto Piura, y tiene como principio el almacenamiento del exceso de caudal mientras dura la crecida que es de unos pocos días para luego una vez que esta ha decrecido, laminar el flujo nuevamente hacia el río y de esta manera evitar que el río soporte caudales extremos por encima de su capacidad hidráulica, que provoquen desbordes e inundaciones en el tramo aguas abajo, protegiendo desde la zona de Carraquillo hasta la Laguna Ramón (Chutuque).

Maniak (2001), considera que la ubicación natural para esta estructura debe ser La Matanza porque es, en esta zona donde se forma el 60 % de la crecida y porque la retención del valle entre Tambogrande y Los Ejidos es mucho más difícil ya que el flujo de entrada y de salida hidrográfica es similar a una inundación alta. Aguas abajo de Chulucanas el Río Piura es más estirado con menor ensanchamiento de la llanura aluvial en la boca de los subafluentes, la pendiente es plana y por ello es más difícil para almacenar agua en un pólder a una profundidad razonable.

Esta estructura debe estar acompañada con un sistema de alerta que determina el momento en que empieza el llenado justo en el tiempo de desborde alto del río, para lo cual debe existir un pronóstico de crecidas, basado en una red de puntos de medición en especial el escurrimiento y por otra parte el acoplamiento con un sistema de trasmisión a distancia y personal especializado”. (Subrayado mío)

Siete años después, por la persistencia de un núcleo de instituciones, una versión mejorada del Perfil PIP mencionado, el “Proyecto: Disminución de la vulnerabilidad frente al incremento de caudales originados por precipitaciones extremas en la cuenca media y baja del río Piura” (PROG-1-2013-SNIP), fue elaborada por el Consejo de Recursos Hídricos de las cuencas Chira-Piura, fue aprobada. Destacaba la alternativa de construcción de reservorios de retención temporal de caudales para evitar inundaciones aguas abajo (“Polder”). Pero, su destino en el 2018, fue el mismo: ninguneado. Lo explica una personalidad actuante:

Alternativa ingenieril que fue desestimada por un errado enfoque técnico-económico del Ministerio de Economía y Finanzas que lo calificó como Proyecto de baja rentabilidad dejando en alta vulnerabilidad a la cuenca y que ante este evento climático destruyó la infraestructura y actividades económicas de Piura. Lo que representa un caso ejemplar de la existencia de una institucionalidad para el desastre (…)

La reconstrucción en Piura ha sido dominada por dos aspectos que son los verificablemente más relevantes: 1) El gobierno central implementa acciones de lo que denomina rehabilitación con cambios sin tener un Plan, sin participación ciudadana ni considerar las propuestas de la región. 2) La desarticulación de los colectivos ciudadanos y de especialistas de Piura, es lo que permite lo primero.

Sobre el primer aspecto; el caso más difundido, la descolmatación, se ejecutó a pesar de que el Colegio de Ingenieros de Piura y los especialistas de las universidades sustentaran su ineficiencia tecnológica y financiera. Y en lo mediato y estratégico para reducir la probabilidad de futuras inundaciones, el PLAN DE LA RECONSTRUCCIÓN presentado en setiembre (2017), ha desestimado en su presupuesto la propuesta de Control Integrado del río Piura para reducir la vulnerabilidad de inundación elaborada por el Consejo de Recursos Hídricos de la Cuenca Chira-Piura y presentado en el mes mayo por el GORE-Piura a la Autoridad de la Reconstrucción como de interés regional.

Sobre el segundo aspecto, se ha constatado durante estos meses que las autoridades del gobierno central, aunque se han reunido en numerosas ocasiones con las autoridades e instituciones expertas regionales, en los hechos, han ignorado sus propuestas, basados en la convicción de que no hay ciudadanía que las defiendan” (Fidel Torres G; Presidente de la Plataforma Ciudadana INUNDACIÓN NUNCA MÁS-Piura, ponencia en el Foro Regional 2018).

Los desastres se repiten, a pesar de los pronósticos oficiales, del Niño Costero del 2017 y de los casi 26 mil millones de soles presupuestados en el Plan-ARCC

Pareciera que Lima es el Perú, hasta que el desastre ocurre en su territorio de modo similar con inundaciones, pero con atención inmediata multisectorial. Existen pronósticos de ocurrencia del FEN extremadamente pluvial y cálido, y el epicentro de impacto son los territorios/sociedades, expuestos/as de Piura-Tumbes. Para las vastas zonas de desierto costero, este FEN es un factor positivo de vida sustentable: principal fuente de recarga de las aguas de la napa freática profunda y de la consecuente regeneración natural de los bosques dispersos de algarrobo, zapote y faique; abriendo así múltiples posibilidades promisorias. Para las zonas que concentran urbes, valles, comercio-finanzas y poblaciones vulnerables, este FEN es un factor negativo amenazante de esa ocupación y uso territorial; abriendo así múltiples riesgos de desastres.

La mayor frecuencia de ocurrencia de este FEN (fase cálida muy fuerte) es una expresión resultante de las alteraciones que involucra el cambio climático en la relación océano-atmósfera en el océano pacífico, siendo un fenómeno global, impacta a la costa ecuatoriana y peruana. Es decir que, si antes ocurría cada 50 a 75 años, actualmente se producen cada 15 a 20 años, tal como ocurrió entre 1982-83, 1997-98, 2017 (aunque aquí por restringirse a la zona oriental del pacífico, clasificada como “Zona 1+2 El Niño” adoptó el nombre de Niño Costero. Los pronósticos expertos oficiales de escenarios climáticos al año 2050, en base a modelos globales del clima-MCG, regionalizados y ajustados a la cuenca del río Piura, que incorporan información histórica de eventos de precipitación y temperaturas extremas del agua superficial del mar-TSM, fueron publicados en diciembre del 2005. Entre los principales pronósticos señalan que se podrían presentar eventos extremos de precipitación y de temperaturas para los próximos 15 a 20 años, en la cuenca media y baja del río Piura:

“Las simulaciones al 2050 de los MCG que representan bien este evento, sugieren que hay una mayor probabilidad de ocurrencia de por lo menos 3 episodios de lluvias fuertes con intensidades similares o mayores al Niño 1982/83 pero menores al Niño 1997/98 (…) que es probable la ocurrencia de por lo menos un evento El Niño durante el período 2009-2015, cuya intensidad en cuanto lluvias sería similar al evento 1982/83 (con referencia a Chulucanas)” (SENAMHI 2005: p.15-16. Escenarios de cambio climático en el Perú al 2050-Cuenca del río Piura. Resumen Ejecutivo. Ed. CONAM. Lima, Perú)

Pero, ningún de los niveles de gobierno ni las propias instituciones expertas se tomaron en serio estos pronósticos oficiales. Desde el 2006 en adelante (APRA, Partido Nacionalista, PPK) se perdió la ventana de 11 años de oportunidad para lograr al menos un reservorio de control de avenidas en el medio Piura operativo y la salida encauzada del río Piura al mar, como era su curso original. Llego el Niño Costero del 2017 y repetimos los desastres y repetimos que son naturales para echarle la culpa a la naturaleza y no a nuestras propias inercias riesgosas. Hemos seguido, con la gestión del desastre centrado en la respuesta a la emergencia, la rehabilitación y reconstrucción de obras afectadas; es decir, interviniendo en las consecuencias del riesgo creado y no en las causas, no en disminuir vulnerabilidades críticas que conducen a las inundaciones, por ejemplo.

Los Perfiles de Proyectos mencionados y recientes estudios determinan que caudales mayores a 2,000/2,500 metros cúbicos de agua por segundo (m3/s) del río a la altura del Puente Sánchez Cerro podrían ocasionar desbordes del río Piura inundando la ciudad de Piura; pero, definitivamente ocasionarían la inundación del Bajo Piura cuyos diques pueden contener el flujo de caudales menores a 1,700 m3/s. Es que la capacidad física de encauzar/contener caudales de agua por parte de la caja de río (capacidad hidráulica) habría disminuido a consecuencia principalmente de colmatación/llenado con sedimentos de suelo arrastrados de la parte media/alta, precaria limpieza/mantenimiento de tramos críticos. Hasta cuando las autoridades y colectividades ciudadanas de todo Piura van a entender que la tierra del algarrobo y de las oportunidades tiene que convivir apropiadamente con el FEN/Niño costero y las extremas precipitaciones que traen el trasvase de nubes amazónicas, para reducir la inseguridad que conlleva el riesgo de desastre.

En el gráfico siguiente se puede observar los 8 episodios de caudales máximos registrados. Los mega desastres en contextos del FEN/Niño Costero corresponden a 1982/83, 1997/98 y 2017. Pero, los otros caudales peligrosos como el de los años 2001, 2002, 2008, se han acrecentado en contexto de extrema pluviosidad mayormente en la sierra de Piura por intenso trasvase de nubes amazónicas, produciendo inundaciones mayormente en el Bajo Piura.

ELABORACIÓN PROPIA

Y se sigue ninguneando la alternativa de gestión integral de cuencas del río Piura bajo la gestión de la ARCC. En su rol financiador, el 2018 inició la reconstrucción de infraestructura dañada (educación, vivienda, salud, transportes, agricultura), habiéndose en estos cinco años, ejecutado el 69% de obras y un presupuesto ejecutado de 21,687 millones de soles. Recién desde el 2021, cuando la ARCC adoptó rol ejecutor, se inició la elaboración y revisión de planes integrales, bajo la modalidad de Gobierno a Gobierno; pero en soluciones integrales y drenajes se ha avanzado el 9% y 1% respectivamente (ARCC-14 marzo 2023). Al monto presupuesto inicialmente, se ha calculado el costo de los pendientes de gestión integral de los ríos, drenajes y otros, actualizándose el monto a casi 51,000 millones de soles, eso sin considerar las implicancias de obras de los desastres en curso actual en la costa.

Pero, ni siquiera los proyectos para la gestión de prevención estructural de la cuenca del río Piura estaban en el Plan de ARCC, de acuerdo a lo informado por la dirección ejecutiva actual. Reproducimos el registro de la presentación de la nueva dirección ejecutiva de la ARCC a la Comisión del Congreso (14-03-2023) sobre la situación encontrada en enero 2023 (cuando asume la dirección) sobre el particular: “La línea base de los proyectos (de la cartera de soluciones integrales) no incorpora el Plan Maestro del Río Piura y otras intervenciones de ríos y quebradas” (resaltado mío). Por lo que comunica que en su gestión se priorizarían las soluciones integrales de manejo del río y cuenca del río Piura, de tal modo que en julio de este año 2023 se iniciaría la elaboración del perfil de pre-inversión (15 meses), luego de otras actividades, se iniciaría el diseño/expediente técnico en abril del 2025 y la construcción en setiembre del 2025 que duraría 64 meses. Es decir, estaría operativa a inicios del año 2031, a ocho años del inicio del perfil. Sobre la obra para la salida del río al mar, se iniciaría la elaboración del expediente técnico en julio 2023 y su construcción terminaría a fines del año 2025. De haberse iniciado en el 2018, al menos estaríamos con la construcción avanzada de la solución integral de manejo de cuenca y estaría en operatividad la salida al mar. ESO ES NEGLIGENCIA POLÍTICA, BUROCRÁTICA E INDOLENTE QUE ESTA CREANDO LOS DESASTRES DEL 2023-2024.

Por eso, causa indignación las respuestas tanto del premier centradas en la mitigación/emergencia y su promesa populista engañosa, como del ministro de defensa que minimiza el pronóstico del Niño Costero. Nos atenemos a la Nota Informativa No. 33 de fecha 18-03-2023 publicada en el Facebook de COERPIURA, donde se dice:

“En respuesta a los pedidos de las entidades ediles, el Premier Otárola anunció que se va a instaurar desde la presidencia de la república una autoridad para la infraestructura nacional para poder realizar un Mega Proyecto para la gestión del Río Piura, entre los que se encuentra las defensas ribereñas y el desagüe pluvial.

Asimismo, el Premier comentó que primero se deben hacer tareas de mitigación para la preparación de la mega obra de infraestructura haciendo uso de los recursos y presupuestos de emergencia que se tienen tanto del gobierno regional como de los gobiernos locales.

Por otro lado, el ministro de defensa, Jorge Luis Chávez Cresta, confirmó que según los reportes del ENFEN se están dando las condiciones meteorológicas para un Fenómeno El Niño leve por lo que se pronostica que las lluvias se alarguen hasta el mes de mayo, según los datos presentados, por lo que a partir de junio se podría comenzar a realizar las obras de prevención para el proceso de respuesta ante la emergencia ya que aún se sigue monitoreando la posibilidad de un Niño Costero.

El Premier confirmó que se han traído desde Lima cuatro toneladas de alimentos, juguetes y ropa para los damnificados de la emergencia, además que se ha priorizado la construcción del Puente San Francisco que dejó incomunicada a la población de Malingas (Tambogrande)”

El Niño Costero se anuncia con la continuidad del significativo aumento de la temperatura superficial del Mar frente a la costa norte y central del país

El ciclón Yaku emergió en el contexto del calentamiento del mar frente a la costa del norte. El ciclón se diseminó en su recorrido al sur; pero el significativo aumento de la temperatura superficial del mar-TSM se inició antes y persiste frente a la costa de Piura. Ese calentamiento superficial del mar que sobrepasa los promedios históricos registrados para cada estación de medición, se denomina “anomalía positiva”, si por el contrario está por debajo se denomina “anomalía negativa” medido en grados centígrados por encima (calentamiento del mar) o por debajo del respectivo promedio (enfriamiento del mar).

Como se puede observar, en el mapeo oficial (IMARPE 16-03-23) de anomalías de la TSM, la superficie del mar frente a la costa peruana este 15 de marzo presenta anomalías positivas, pero donde es mayor el calentamiento (+ 40 C) es frente a Piura (estación Paita).

IMARPE  MARZO 2023

No sólo persiste ese mayor calentamiento del mar frente a Piura, sino que se inició desde mediados de noviembre del año pasado, destacando su aumento en diciembre hasta la actualidad. La siguiente gráfica presenta la evolución de las anomalías de la TSM durante el período de 15 octubre 2022-15 marzo 2023.

IMARPE MARZO 2023

Ante este indicador clave (anomalías positivas de la TSM) y las modelaciones oceáno-climáticas, la Comisión Multisectorial encargada del estudio nacional del Fenómeno “El Niño” ha publicado recientemente su Informe Técnico (Año 9-N° 2-Febrero 2023) en el que anuncia la persistencia de condiciones cálidas en el mar frente a la costa (denominada Región Niño 1+2) que serían débiles en marzo y abril; posteriormente, entre los meses de mayo y octubre, se esperarían condiciones cálidas moderadas; estima una mayor probabilidad de condiciones cálidas a partir de marzo hasta al menos agosto de 2023. Así mismo, las TSM podrían ser superiores de 27 °C y 26 °C en marzo y abril, lo que asociado a este calentamiento y de acuerdo al pronóstico estacional de precipitación vigente para el trimestre abril-junio de 2023, se prevén precipitaciones superiores a lo normal, determinadas principalmente por las lluvias en abril, en la costa norte y centro, así como en la sierra norte y centro occidental del país. Notifica a las autoridades además que:

La Comisión Multisectorial ENFEN cambia el Estado del sistema de Alerta “Vigilancia de El Niño costero” a “Alerta de El Niño costero”, debido a que cambios inusuales en el acoplamiento océano atmósfera en la región Niño 1+2, que incluye la zona norte y centro del mar peruano, han propiciado que el calentamiento esperado para marzo probablemente se extienda hasta julio, por lo pronto, con magnitud débil (…). Se recomienda a los tomadores de decisiones tener en cuenta los posibles escenarios de riesgo de acuerdo con el pronóstico estacional vigente para fines de reducción del riesgo de desastres” (p.46)

En concreto: pronostica que estamos ante el desarrollo de un Niño Costero débil a moderado, que podría implicar riesgo de desastre según la vulnerabilidad territorial/socio económica en la costa/sierra norte y centro. Es decir, representa una notificación de probables desastres anunciados. Me remito al dicho de la ilusión popular “guerra avisada no mata gente”.